Aula, Museos y Colecciones

Maurice Talmeyr, seudónimo de Marie-Justin Maurice Coste (1850-1931), escritor y periodista, calificaba a Evan Marvier como el nuevo Fabre –Jean-Henri Casimir Fabre (1823-1915)–. Apreciación plasmada en su artículo L’ame des Bêtes, Le Figaro, 9 de julio de 1927. Ello en virtud de la apasionada labor de su compatriota en pos de la divulgación científica. Marvier, nacido en 1866, Bergerac (Francia), y asentado desde principios del siglo XX en la ciudad de Málaga por motivos profesionales (ingeniero-inspector del servicio telegráfico de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces), supo narrar magistralmente tanto en su lengua vernácula como en la de Cervantes la vida de los animales, sobremanera la de los insectos. Todo de forma grata y comprensible para el gran público, pero sin alejarse de los hechos científicos. Y, al igual que el inefable Fabre, era un excelente comunicador. En el presente trabajo se aborda sus años malacitanos como socio y conservador del Museo de la Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y Naturales (Academia Malagueña de Ciencias), su relación con el Gabinete de Historia Natural del Instituto Provincial de Málaga, su etapa de escritor y elocuente conferenciante, su compromiso con diversas sociedades y museos en el ámbito de las ciencias naturales, así como con naturalistas hispanos y foráneos. De igual forma analizamos su labor entomológica y su apego a la taxidermia.

Maurice Talmeyr, pseudonym of Marie-Justin Maurice Coste (1850-1931), writer and journalist, described Evan Marvier as the new Fabre, –Jean-Henri Casimir Fabre (1823-1915) –. An appreciation expressed in his article L’ame des Bêtes, Le Figaro, 9th July 1927, considering his compatriot’s passionate work in pursuit of popularization of sciencie. Marvier was born in 1866, in Bergerac, France. In the early 20th century, he settled in the city of Malaga due to professional reasons (engineer-inspector in the Tegraphic Service of Andalusian Railroad Company). He mastered writing, not only in his vernacular language but also in the Cervantes’ one, about animal lives, especially and exceedingly those of insects. He wrote in a pleasant and understandable way for the general public, but without withdrawing from scientific facts. In addition to this, just like the ineffable Fabre, he was a magnificent communicator. In this work we tackle his years in Malaga as a member and curator in the Museum of the Physical and Natural Science Society (Malaga Science Academy), his relationship with the Cabinet of Natural History of the Provincial Institute, his period as writer and eloquent speaker, his commitment to various societies and museums in the Natural Science area, as well as with Hispanic and foreign naturalists. Furthermore, we analyses his entomological work and his bond with taxidermy.